Tecnología

Planta Fotovoltaica

MANGOSA, con el fin de contribuir en la reducción del deterioro ambiental ha adoptado la implementación del cambio de su matriz energética a través del proyecto denominado Instalación Fotovoltaica, con una capacidad potencial de la estación de 420 Kilovatios, la que será de autoconsumo, reduciendo así el consumo energético de la red externa, cubriendo un 47% la demanda de energía de la empresa y disminuyendo en 454 toneladas sus emisiones de CO2 a la atmósfera.

La estación solar fotovoltaica consta de 1,100 módulos poli cristalinos con potencia de 315 Wp sobre suelo en un Área de 4,216.5 mts2 aproximados.

Sistema de Irrigación

Para la exportación se requiere zonas de bajas pluviometría o pocas lluvias (600 mm a 700 mm anuales). Requiere a la vez, la presencia cercana de presas o canales de riego, con la finalidad de proporcionarle a las plantas riego por goteo o por mini-aspersores.

La presencia en abundancia de agua subterránea de buena calidad para el riego, además de algunas presas que tienen esa finalidad, hacen de esta región una zona privilegiada para este cultivo.

¿Por qué la baja pluviometría? Se debe a que la planta de mango sufre el ataque intenso de una diversidad de hongos que hacen mucho daño a las hojas, a las flores y a los frutos de esta planta. Prevenir y controlar estas enfermedades fungosas podría efectuarse a través de agroquímicos (fungicidas) y de prácticas culturales, pero elevaría los costos de producción y contaminaría las frutas y el medioambiente.

La forma económica de tener a los hongos bajo control es favoreciendo en todo el sistema foliar (ramas y hojas) un ambiente de baja humedad. Esto es lo que se logra cuando se cultiva el mango en zonas áridas o secas y a la vez aplicando el riego a las plantas a través de micro-aspersores o riego por goteo, para que en ningún momento se humedezcan las ramas y las hojas. En ese ambiente de baja humedad en la parte foliar, los hongos permanecen en estado latente.

Técnicas de Poda

Las plantas de mango deben podarse desde que se siembran en el lugar definitivo. Tiene importancia porque de esta forma la planta comienza a ramificarse y a desarrollarse horizontalmente y su crecimiento vertical es más lento.

Conviene hacer podas de las yemas terminales cada tres meses, cuando falten tres meses para la época de floración, se debe suspender ésta labor. La mayoría de la plantación existente requieren de podas severas la cual se debe aplicar cuando la altura del árbol supere los cuatro metros de altura. Como no se conocía la poda de este frutal en el país vemos necesario practicar la poda severa en casi toda la plantación.

En cuanto a la poda, existen maquinarias muy efectivas en la realización de esta práctica bien hecha, utilizando un reducido personal y sobre todo con gran rapidez. Por el alto costo de estos implementos, no se recomienda su utilización en pequeñas extensiones. Las herramientas que se utilizan en la complementación de esta labor son: la sierra mecánica de motor, con colines, tijeras de podar y serrucho.

Inmediatamente termina la cosecha del mango es el mejor período para realizar la poda y luego se continuarán realizando las podas de las yemas terminales trimestralmente, hasta la última que debe efectuarse tres meses antes de la floración.

Técnicas de Poda

Cuando el árbol tiene una gran altura o supera los cuatro metros se hace difícil la cosecha, como también cualquier cuidado. Aquellos árboles que no son muy viejos, y cuya altura no es tan elevada, se le aplicará una poda que logre reducir la altura a 2.5 metros hasta 3.0 metros. Esa poda debe ser seguida de podas de las yemas terminales cada tres meses, con la finalidad de parar el crecimiento vertical y estimular la ramificación y el desarrollo horizontal. Además estas podas cada tres meses van a regular los flujos de forma que cuando se acerque la floración, como señalamos al principio, no se practique la última poda, y el próximo flujo en vez de foliar va ha ser floral (floración) y la planta va a tener uniformidad en toda la planta florecida. En el caso de árboles viejos muy altos, se aconseja la poda severa o de rejuvenecimiento. Esta poda consiste en cortar el árbol a la altura del pecho de un hombre de estatura normal (1.0 metro a 1.5 metros), haciendo un corte inclinado y colocando en la herida pintura blanca de aceite ó una lechada de cal. Los brotes surgirán a los pocos días de la poda y se debe practicar lo que señalamos en el otro tipo de poda, o sea la poda trimestral para asegurarnos de que habrá un crecimiento horizontal y muy poco crecimiento vertical. Cuando se practica este tipo de poda severa, no habrá floración en ese año, por lo que se puede continuar las podas trimestrales hasta el segundo año y tres meses antes de la floración, dar la última poda. Una floración uniforme y muy intensa es señal de que se manejó bien esta labor, la cual debe ser continuada inmediatamente después de la cosecha, para nuevamente estimular el brote de nuevas ramas y mantener la planta con baja altura y con flujos uniformes.